Registro fotográfico de los recorridos por esta hermosa isla, desde una óptica mas cultural.
domingo, 1 de abril de 2012
DE VISITA A BAHIA DE LAS AGUILAS
La Bahía de las Águilas es una bahía del mar Caribe, localizada en la parte central de la costa meridional de la isla de La Española. Administrativamente, es parte de la provincia de Pedernales de la Republica Dominicana. Pertenece al gran Parque Nacional Jaragua y tiene una extensión de unos 37 kilómetros de largo, abarca desde punta Chimanche hasta punta Águila, ubicada en la zona sur de la isla.
No hace falta decir el nombre completo. Mencionar la palabra bahía significa viajar al Suroeste, a 323 kilómetros de Santo Domingo y disfrutar de la Bahía de Las Águilas. Aunque no es estrictamente una bahía sino una gran ensenada, es el punto de referencia en República Dominicana para los amantes del turismo ecológico y de aventura.
Para encontrarla tomamos la carretera Sánchez que va de la capital, Santo Domingo, hacia el suroeste de la isla pasando por San Cristóbal, Baní, Azua, hasta llegar a Barahona y seguimos rumbo a Pedernales, la ciudad fronteriza con Haití. 12 kilómetros antes de llegar a Pedernales doblamos hacia Cabo Rojo, un pequeño muelle de pescadores que también tiene playas muy hermosas. En este trayecto se atraviesa por un paisaje estepario, propio del Parque Nacional Jaragua. Entre matorrales y guasábaras, enormes cactus y arbustos bajos en los costados de la vía, emerge una tierra roja en el suelo -presencia de bauxita- y una franja azul que aparece a intervalos en la vía acompañan a los visitantes que lo va llevando a la bahía.
Después de pasar Cabo rojo y por una vía muy descuidada, con muchos huecos, y no señalizada, llegamos al pequeño poblado de Las Cuevas, famoso porque sus pocos habitantes vivían en las cavernas de la zona -dicen que huyéndole al sol-, ahora lo hacen en unas pequeñas casa de madera pintadas con colores tropicales. Varios botes (o yolas como les dicen aquí), seguros y bien acondicionados con salvavidas, nos esperan para llevarnos por mar hasta Bahía de las Águilas. Los que decidan viajar por tierra pueden hacerlo en un vehículo 4 x 4 en una ruta destapada y en malas condiciones que ponen a prueba al más experto al volante.
El viaje por mar, a un costo de unos US$40 por grupos de 5 personas, es de unos 15 minutos y se hace bordeando la costa. Los enormes farallones que se alzan en el mar son los primeros en pronosticar un paisaje de ensueño.
El bote se detiene, los pasajeros bajamos. Ahí está Bahía Las [Aguilas, tan grande que los ojos no la pueden abarcar, confirmando por qué los turistas la han bautizado como una de las playas más bellas del país.
La vista justifica el viaje. Tan claras que permiten fotografiar la sombra, sus aguas son las más transparentes del país y sus arenas las más blancas. No hay palmeras, ni árboles frondosos, porque el paisaje no las necesita, ni sillones de playa porque el hotel más cercano está a muchos kilómetros de distancia. Y mejor aún: ni vendedores ambulantes, ni masajistas, ni saltimpankis -los infaltables criollos del turismo sexual que se dedican a ejercer de putos en las proximidades de las zonas hoteleras comunes en todas las playas del inmenso Caribe-, ni vehículos automotores, ni los fastidiosos jet ski. Sólo el ruido de una que otra yola que llega con los pocos que se atreven por estas latitudes playeras naturales. Que inmensa tranquilidad!!!!
Ya desembarcados e instalados sólo se advierten el sol abrasante de un mediodía que se alarga hasta las 4:00 de la tarde y caminos de arena que calientan los pies e impiden caminar. Sólo se ven cactus, arbustos y matorrales; sólo agua salada y un silencio sepulcral apenas perturbado por el rumor de unas olas minúsculas que se niegan a echar espumas.
Aunque difíciles de ver, según las autoridades del Ministerio del Medio Ambiente, alrededor de la bahía, formando parte de los 1,374 kilómetros cuadrados del Parque Nacional Jaragua, se esconden unas 130 especies de aves de las que 10 son endémicas, 76 residentes y 47 migratorias.
En sus aguas abundan los corales, las estrellas de mar, las gorgonias Pseudoterogorgia (invertebrados marinos que parecen esqueletos de arbustos) y las praderas marinas. Si hay suerte, es posible ver tortugas carey, pues en estas playas se encuentra el mayor anidamiento del Caribe y la mayor cantidad de careyes jóvenes del mundo. Igualmente importantes son las poblaciones de iguana rinoceronte, paloma coronita, paloma ceniza, el pelícano marrón, lambíes y manatíes. Plantas endémicas como la canelilla y el guanito conviven con el guayacán, el roble, el gayuco y la guazábara.
En el Parque Jaragua, establecido en 1983, también se han encontrado importantes yacimientos arqueológicos prehispánicos que registran asentamientos indígenas. En las cavernas El Guanal, La Poza y Mongó aún se pueden ver las pictografías realizadas por los taínos.
Por su gran biodiversidad, el parque fue declarado por la Unesco Reserva de la Biosfera en el año 2002, junto con los parques Lago Enriquillo y Sierra de Bahoruco.
Por tratarse, además, de un área protegida, está prohibido acampar, hacer fogatas y dejar basuras entre la maleza. Es obvio que algunos insensibles no obedecen las reglas.
Las características de Bahía de las Águilas, la sitúa como un paraíso y una de las playas más bellas del mundo, por lo cual es muy codiciada por sectores que pretenden explotarla y privatizarla con fines comerciales y oportunistas. Y por ahí ya están rondando los oligopolios españoles, franceses, italianos y norteamericanos del turismo…
Recomendaciones
Buscar alojamiento, aunque no de grandes pretensiones, en Pedernales si se quiere estar cerca de la Bahía, recomendamos el Hotel Villas del Mar o el Hostal Doña Chava. De otro lado, en Barahona, sobretodo, a unas dos horas, y en el poblado de Enriquillo se encuentran buenos lugares para alojamiento para viajeros descomplicados.
En Las Cuevas se consigue buena alimentación con pescado, arroz con guandules y tostones. Para la bahía es mejor llevar buenas provisiones de agua, refrescos y comidas rápidas. No olvide llevar bolsas o fundas para que regrese toda la basura generada en su estadía.
El ministerio ha construido dos pequeñas cabañas en la bahía que funcionan como vestiers pero se encuentran descuidadas. Por la soledad de las playas se puede cambiar de ropas tranquilamente… no hay voyeristas en los alrededores.
No olvide llevar bronceadores, protectores solares, el sol es inclemente y los refugios son escasos.
La señal de los diferentes operadores para llamadas por celular es débil o nula o sea olvídese por un día de sus rutinas.
Si tienen tiempo, en el trayecto pueden visitar la laguna de Oviedo, las playas de San Rafael, Enriquillo y Los Patos; la frontera en Pedernales, el parque de Bahoruco, el Hoyo de Pelempito, el Parque Eólico Los Cocos y detenerse en los múltiples miradores que permiten contemplar la ‘‘costa azul’’ que recuerda algunas costas del Mediterráneo o del Pacífico Sur.
Es un paraíso terrenal, un sueño, todo como se ve, lo único que es para personas jóvenes y que les guste la aventura,
ResponderEliminarme encantaría visitar, aunque es buena la recomendación de hacerlo de un día para otro, por lo menos. Dios bendiga nuestra tierra. Dominicana Soy
Muy linda tierra la de Republica Dominicana... recomendada por varios amigos Dominicanos que estan aqui en Argentina, algun dia tendremos la oportunidad de conocerla... Saludos y abrazos bachateros desde Argentina!!
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