domingo, 8 de julio de 2012

EL VODÚ DOMINICANO

La República Dominicana es en su mayoría católica con más de 90% de la población que se reivindica de esta religión. Pero las prácticas de la religiosidad popular y el vodú dominicano son igualmente muy vivas.

El vodú, originario de Dahomey, actual Benín, significa genio, espíritu, Dios. Traído por los esclavos africanos se constituyó en la religión más popular de Haití como resultado de un sincretismo cultural y de un proceso de creación histórico-social de su identidad. Posteriormente a Haití, el vodú pasó a la República Dominicana.

La presencia de esclavos africanos en la parte española de la isla, su búsqueda de respuestas para la sobrevivencia, las persecuciones y la capacidad de creatividad hicieron posible el surgimiento de un vodú dominicano. De las diferentes expresiones africanas y de las españolas surgieron nuevas formulaciones espirituales y populares que diferencian el vodú dominicano del vodú haitiano. El vodú dominicano es menos rígido en su liturgia, estructura y organización. Tiene además de elementos del vodú haitiano, presencia del espiritismo europeo kardeciano, de la santería cubana, de la religiosidad popular venezolana y simbolizaciones de Buda en sus altares.

Por: June C. Rosenberg (*)

A cada lado de la frontera domínico-haitiana han surgido sistemas de vodú, distintos y parecidos a la vez. Cada país ha desarrollado en esto su propia organización cultural. Ambos tienen elementos comunes y otros que son diferentes, lo que deriva, por un lado, de sus raíces, que en ambos casos se hunden en África y en Europa, y, por el otro, de experiencias históricas particulares.

Las referencias que haremos estarán limitadas a los aspectos que más se relacionen con las categorías incluidas en este estudio y acerca de los cuales existan datos que en alguna medida puedan ser confirmados.

El sitio y la parafernalia

En la República Dominicana son relativamente raros los templos o locales que estén dedicados principalmente o en gran parte a las ceremonias del Vodú. Por lo general el centro religioso en que se reúnen los adeptos queda en el interior de alguna vivienda. La práctica del Vodú es ilegal en la República Dominicana, como en casi todo el área, así que se trata de actividades privadas sobre todo. Como las casas son comúnmente pequeñas, suele dedicarse a esas actividades una pequeña habitación en que se coloca el altar y se guarda toda la parafernalia del vodú: una o varias cruces, algunas cromolitografías, la campanilla, los pañuelos y trajes, las túnicas, los turbantes, etc., y asimismo las banderas, uno o más tambores, etc., todo lo cual se utiliza según lo que exija el espíritu que llega. De conformidad con lo señalado por Patín Veloz, los tambores que se emplean para llamar a los "seres" o para acompañar el canto, "casi no se usan en el vodú dominicano de las ciudades" (1).

Ese autor dice también que el pito o silbato se coloca encima del altar y agrega esta observación:

(El pito) se emplea para llamar a los petrós. Como son escasos los servidores que se dedican a servir a estos seres, el pito se usa muy poco entre nosotros.

Algunos de los sacerdotes viven en el campo; y otros viven en la ciudad, tienen "un campito" donde a veces se reúnen y preparan sus "trabajos" o sus brebajes. Allí a veces "realizan ciertas ceremonias" a las que asiste un mayor número de gente.


Hay distintos tipos de "seres" o "luá", llamados los "radá" y los "petró". Cada una de estas categorías tiene su propia música, sus propios "luá"; según sea la categoría de que se trate, se le sacrifica una clase de animal que debe tener un determinado color y otras particularidades, y cada una tiene asimismo instrumentos musicales, bailes, ritos y muchos otros elementos que le son propios. Los "luá" radá son considerados dulces, suaves y benignos. Los ritos específicos para el complejo radá tienen la característica de que las ceremonias se terminan diciendo "abobo". Los otros "luá", los petró, son tenidos por violentos. Como dice el profesor Deive, "los petró son vistos como 'amargos', ásperos' y agudos' y usados para manipulaciones mágicas". Los ritos para los "luá" petró tienen un tipo de sacrificio que les es propio (de animal y de comida seca), lo mismo que música, baile, etc., particulares, y al terminar se dice "biló-biló" con similar actitud de reverencia que en las ceremonias radá.

La jerarquía religiosa

Con respecto a la organización social y religiosa del vodú dominicano, nada mejor que citar al Profesor Deive, quien señala que "carece de un cuerpo sacerdotal organizado jerárquicamente. Las prácticas rituales se efectúan en forma individual...".

El oficiante del vodú dominicano opera solo, y generalmente no tiene a su alrededor el conjunto de servidores y ayudantes mencionados en las obras que se refieren a otros ambientes socio-culturales. Como dice Deive: “Las prácticas rituales se efectúan en forma individual y se reducen casi siempre a propiciar el trance y la posesión del propio oficiante...”.

La cosmología

En el vodú dominicano los "lua", "seres" o "espíritus", se corresponden, implícita o explícitamente, con santos católicos, y están organizados en categorías llamadas "divisiones", que en principio son veintiuna. Un sacerdote nos dijo que él tenía más divisiones: veinticinco o veintiséis. Algunas divisiones coinciden con las de Haití (que allá se denominan "naciones"); otras son diferentes y no se corresponden con los mismos santos en las listas accesibles de equivalencias. Según lo que pudimos determinar, los ''luá'' radá o "dulces" y los petró se hallan entremezclados unos con otros.

A cada luá le corresponde un santo católico.

Legba Manosé                              San Antonio Abad

Legba Carfó                                   San Antonio de Padua

Ogun Balenyó                               San Santiago

Ogun Badagrig                             San Jorge

Ogun Panamá                              San Wenceslao

Ogun Negué                                 San Martín

Piel Básica                                     San Pedro

El Barón del Cementerio             San Elías

El Barón Sandí                             San Gerardo

Belie Berkán                                  San Miguel

Candelo Sedise                            San Carlos o La Candelaria

Dambala Vedo                              San Patricio

Adogan Piel                                   San Marcos

Gran Soléis                                    San Nicolás de Bari

Tinyó Alaué                                   San Rafael

Gutapie Anfinido                          San Judas Tadeo

Gran Buá                                       San Cristóbal

Polizón Fronté                              San Emilio

Gunguna Gulyone                       Santa Elena

Alaila                                               La Virgen (María) de la Altagracia

Clemencina                                   Santa Eulalia

Ana Manbro Piel                           La Dolorosa

Candelina Sedifé                         La Candelaria

Dili Danto Piel                               Santa Rosa de Lima

Anaisa Piel Danto                        Santa Ana

Rosita Legba                                 Santa Rosa de Portugal

Guedelia Lagcua                          Santa Marta


El trance

En el vodú dominicano es muy marcada, tanto al comienzo como al final del trance o "posesión espiritual", la respiración fuerte y profunda que se da en la persona que se "monta". Por lo menos, así nos ha parecido. En la transición de personalidades, esto es, cuando llega el pretendido "espíritu" cuya personalidad sustituye la del "caballo" en que se "monta", ocurren muchas veces actos de cierta violencia además de los conocidos cambios en las facciones de la cara, la super-respiración, en la voz, en la postura, etc. La violencia a que nos referimos estriba en que la llegada del "ser" aparece en ciertos casos coordinada con bruscos movimientos físicos que se evidencian en el cuerpo del "caballo". Este tiembla, echa hacia atrás el peso de su cuerpo mientras taconea rápidamente, o se cae al suelo y se pone a rodar de un lado al otro. Puede "babear" -salirle saliva por la boca- y el ataque o paroxismo termina cuando se declara la personalidad del "ser".



Sea violenta o suave la llegada, los presentes preparan el cuerpo del "caballo" para que se parezca, tal como ellos se lo imaginan, al "ser" o "misterio" que lo ocupa. Para prepararlo, uno de los amigos o asistentes, siguiendo la costumbre, le quita los zapatos, le enrolla los pantalones hasta las rodillas; a veces lo viste con una túnica o un traje de ceremonia y le pone en la cabeza o en el cuello pañuelos de raso, del color que corresponda al "ser", etc.

En un caso presenciado por nosotros, el "ser" pidió una batata en cuanto llegó, y hubo que buscársela aún siendo de noche. Con ese deseo el "luá" se presenta caracterizado como un campesino ya viejo que anda con su macuto, y tras serie satisfecho empezó la consulta o el "trabajo".

El sacerdote del vodú dominicano se monta así, sin música, ni cantos, por lo general con un rezo mediante el cual se llama al "ser". El Profesor Deive señala: “Las sesiones voduistas dominicanas son generalmente privadas, y en ellas participan solo el brujo, el cliente y el luá invocado. Las colectivas... constituyen la excepción”.

En estas sesiones el luá mira alrededor cuando llega, y saluda a cada individuo presente llamándolo por su nombre, acto que significa que lo ha reconocido; pregunta por su bienestar y le da las dos manos, con los antebrazos cruzados uno encima del otro de modo que la mano derecha queda a la izquierda y ésta a la derecha, se las estrecha y sacude con fuerza hacia arriba y abajo. Es costumbre, además, que los dos giren en redondo, sin soltarse de las manos y manteniéndolas en alto, por encima de las cabezas.

A veces el sacerdote, hallándose en ese estado, hace demostraciones con una serie de pruebas, como por ejemplo: ingerir ron, comida en exceso, pegarse una vela encendida en el cuerpo, metérsela en la boca sin quemarse, clavarse alfileres en el brazo sin sangrar etc.




La consulta es la parte más importante del acto. En ella el pretendido "luá" o "espíritu", después de analizar el problema que provoca la consulta del creyente, instruye a éste acerca de cómo eliminar el mal que él imagina que lo aqueja. Es posible que también prepare o prometa preparar algo que necesita la persona que hace la consulta, ya sea una oración, un amuleto, una medicina o brebaje, o un sinnúmero de recomendaciones.

Terminada la consulta, al sacerdote le sobrevienen de nuevo los cambios físicos que se habían presentado al comienzo del trance: respiración fuerte y profunda, alteración de facciones, etc. A veces cae como dormido y cuando despierta lo hace con los ojos muy abiertos, mostrando sorpresa por encontrarse allí de nuevo en su personalidad normal, y preguntando que le pasó, ya que se supone que no debe saber que estuvo "montado" ni tener conciencia de ello.

Las ceremonias y los servicios

Como dice el Profesor Deive, "el trato con los seres exige... sacrificio y ofrendas, los cuales reciben el nombre de servicios en el vodú dominicano".

Los sacrificios son de dos clases: la comida vegetal y el sacrificio de animales domésticos. El primer caso, según el Profesor Patín, se llama "plato divisional". Es un sacrificio vegetal en que se usan cantidades iguales de ajonjolí, maíz, maní y trocitos de coco, a lo que a veces se añade un huevo; y hay varias maneras de repartirlo. Este plato se dedica en general a todas las divisiones de los luá, que son veintiuna.

A más de eso, dice el mismo autor, existe la "mesa divisional", que se ofrece a "una o varias divisiones en acción de gracias por un favor...". Consiste en una complicada ceremonia formada por varios ritos y diversos sacrificios. Hay en ella sacrificio de animal, preparación de alimentos para la "mesa divisional", uso de un "huevo divisional" y, entre otras cosas, se traza en el piso un dibujo "mágico" rudimentario, con polvo de café, harina de trigo y harina de maíz.

Las ceremonias que se celebran en el vodú dominicano son principalmente los bautizos, las adopciones, los matrimonios, los funerales, las consagraciones (parecidas a bendiciones de objetos), los despojos (“operaciones o ceremonias mediante las cuales se libre una persona, o a un lugar, o a un objeto de 'seres' o fuerzas perjudiciales o perturbadores”) y las ayudas o "trabajos".

Aparte de estas ceremonias, se observan las fechas del calendario que corresponden al día de cada santo equivalente a un "luá". Por ejemplo: el 25 de julio es el día de Santiago Apóstol, patrono de Ogún Balenyó; el 4 de diciembre es el de Santa Bárbara, patrona de Shangó y de otros "seres", y así por el estilo.

Se supone que los devotos celebran el día de su "luá" por la fecha del santo que le corresponde, además de efectuar, en su cumpleaños, "trabajos" especiales para que el "luá" equivalente al santo de ese día, le haga bien a lo largo del año. Celebran asimismo algunas de las ceremonias generales, de toda la sociedad, como el 25 de diciembre y otras.

(*) El gaga, religión y sociedad de un culto dominicano. Un estudio comparativo. Colección Historia y Sociedad No. 37. UASD. Santo domingo. RD. 1979.

 Citas:

(1) Patín Veloz, E., "El Vodú y sus Misterios" en Revista Dominicana de Fo1klore No. 2. pp. 141-161, Sto. Dom., R. D., 1975.

(2) Deive, Carlos Esteban. “Vodú y Magia en Santo Domingo”. Museo del Hombre Dominicano. 1975.


LAS 21 DIVISIONES

El Vodú Dominicano está organizado de manera similar a un gran Estado o Nación. Las famosas 21 Divisiones son precisamente organizaciones o “reinos” de la Nación Vodú.

Algunos investigadores e iniciados creen que son 21 Divisiones porque del África llegaron, supuestamente, de 21 territorios (o potencias) diferentes. Aunque resulta atractivo el dato, no hay comprobaciones irrefutables de él. Además, por los menos dos de las 21 Divisiones no llegaron del continente africano: la División India y la Petró.


Divisiones más conocidas. Jefes y características.

1- División Legbá. Son los ancianos del panteón Vodú, como el consejo de Areópago griego o como los ancianos yorubas, que obligaban a sus gobernantes a suicidarse para darle oportunidad al sucesor. Su Jefe es Papá Legbá Manosé, se sincretiza en San Antonio Abad (Algunos creen que es en San Pedro). Ellos actúan como regente o guardianes de todo el Panteón. Sus mandatos son absolutos e inapelables. La tradición cuenta que cuando Bon Dié se cansó (El Dios cristiano descansó el séptimo día.) le entregó el mundo a Papá Legbá para que lo rigiera hasta que él regresara algún día. Papá Legbá, entonces, llamó a Ogún Balendyó (herrero de ocupación.) para que este organizara el ejercito del Vodú. Pertenecen a esta División; entre otros; Legbá Atibón, Legbá Carfú (San Antonio el Ermitaño.), Macuté y Gramisí.

2- División del Fuego. El Jefe es Ogún Balendyó. Militar austero. Funciona como especie de Ministro de las Fuerzas Armadas. Le dicen el Cónsul, porque supuestamente ayuda a conseguir visas. Cuando es llamado a consultar por los Legbás debe abandonar su lanza y pertrechos militares e ir donde ellos despojado de mandos bélicos. Algo similar a lo que hacían los imperatores romanos cuando re-cruzaban el Rubicón para ponerse a disposición del Congreso.

Ogún viste de azul, fuma, bebe y monta un caballo blanco. Se sincretiza en San Santiago Apóstol. Se tiende a decir que esta es la División Ogún. No existe tal. Lo que ocurre es que en esta División hay varios Ogunes: Ogún Badagrí (San Jorge.), Ogún Batalá, Ogún Fegallo, Ogún Negué (San Martín.), Ogún Panamá (San Wenceslao.) y Ogún Ansú. Pero también hay miles de entidades allí que no son Ogunes.

3- División Radá, División del Aire o Blanca. El Jefe es Pié Pier Basicó, se sincretiza en San Pedro. A ella pertenecen Belié Belcán Toné (Se sincretiza en San Miguel. Esposo de Anaísa. Viste de verde con rojo), Anaísa (Se sincretiza en Santa Ana o en Santa Luisa, algunos dicen que en María Magdalena. Es puro erotismo y viste de amarillo. Se asegura que es amante clandestina de Candelo), Candelo Cedifé (Se sincretiza en San Carlos Borromeo. Dueño de los bares y las peleas de gallos. Viste completamente de rojo. Buen curandero. Hay toda una confradía de Candelos.), Metresilí Dantó Pié (La gran dama de vodú. No bebe alcohol, protege el matrimonio, es esposa de Ogún Balendyó. Viste de blanco y rosado. Se sincretiza en La Dolorosa.), Damballah (San Patricio.), Cusen Bacá, Asaá, Linglesú; entre otros.

4- División India. El Jefe es Samaó o Gamaó. Es una División, como escribimos antes, sumamente espiritual. No ingieren alcohol. Básicamente toman agua de coco. En todos los altares o Bayí organizado hay una tina dedicada a los Indios. Ellos, desde que suben a cabeza del servidor o servidora, se bañan en esa tina y hablan una jerga que realmente se parece mucho a lo que conocemos del idioma taíno. Muchos piensan que cuando Anaísa sube a cabeza de manera espiritual lo hace dentro de un mal llamado Punto madre. No existe tal. Ella lo hace dentro de la División India, en la cual hasta a esa Afrodita caribeña le exigen pudor. Integran esta División: Agalla Dulce, Tinyó Alaué (San Rafael.), Caonabo, Cayacoa, Enriquillo, Guaroa, Mencia, Hacuaí Dantó, Tamayo, Carmelina Dansolei; entre otros.

5- División Guedé. El Jefe es el Barón Samedí. Se sincretiza en San Elías del Monte Carmelo. Esta es la División de los “muertos”. Su recinto o palacio esta situado en la primera tumba del primer muerto de los cementerios. Los Guedeses están dentro de la barriga del Barón y sólo salen de allí cuando son invocados. Los Guedeses son procaces, pendencieros, jugadores, comen picantes, beben mucha ginebra, visten de negro y se pintan las caras con cenizas. Ellos aseguran que los blancos (los radases) viven prometiendo cosas para que ellos (los guedeses) las consigan. Si la primera tumba de un cementerio corresponde a una mujer entonces en ese camposanto rige Madame Brigitte, la esposa del Barón. Pertenecen a esta División: Limbó (San Expedito), Barón Sandí (San Gerardo.), Lacuá, Carfú, Zumbí, Gedelía, Lacuá, Luis Guedé; entre otros.

6- División Petró. El Jefe divisional es Gran Buá Yilet. Viste de marrón y se sincretiza en San Cristóbal. Esta División es puramente dominicana. No existe algo parecido o equivalente en el panteón del Vodú haitiano. Esta División está muy asociada a los ritos de sangre. No es de extrañar que cuando un luá Petró está en cabeza tome sangre de pollo u otro animal. Hasta la sangre del propio servidor es tomada por el luá frecuentemente. Para ello cortan la piel de los antebrazos con una navaja de afeitar o comen vidrio. Los Petroses acostumbran a realizar fiestas ceremoniales entre las selvas tupidas. Dentro del ritual realizado se incluye el cavar un gran hoyo en la tierra donde varios servidores poseídos por entidades se entierran durante varios días. Generalmente estas fiestas tienen mucho de salvaje.

A pocos servidores les agrada, por la violencia ejercida, subir a a cabeza a un misterio Petró. Esta División se inició en Barahona con un renegado sacerdote colonial que llegó a ser Hungan de Vodú. Acostumbraba a efectuar un rito en el cual se danzaba hasta el cansancio y se bebía alcohol profusamente ligándolo con pólvora. Cuando los participantes ingerían aquella mezcla, se cuenta, botaban sangre por los poros y luego las tomaban para no perderla.

El Petró más famoso es el Gran Toró (Se sincretiza en el Jesús de la Buena Esperanza.). También forman parte de los Petroses: Jean Fegó Pié (Se sincretiza en Ponce de León.), Criminal y Tiyán Petró. Todos estos sólo pueden ser invocados dentro un ritual complejo y cautivante.

Otras Divisiones.

7- División Locó: El Jefe es Locó Sinaya, que se sincretiza en San Francisco de Asís. Viven en los árboles.

8- División Simbí: El Jefe es Simbí Andersón. Se sincretiza en San Andrés.

9- División Congó o Congo: El Jefe es Gamodí. No se sincretiza.

10- División Guiné: El Jefe es Aguiné Pier. No se sincretiza.

11- División Ñiñigó o Ninigó: El Jefe es Ramón Sandó. No se sincretiza.

12- División Caé: El Jefe es Caé Samá. No se sincretiza.

13- División Danguelé: El Jefe es Danguélé Quinamá. Se sincretiza en San Eustaquio.

14- División Shuqué: Shuqué Alangué. No se sincretiza.

15- División Marasá o de los Gemelos: El Jefe es Radisá Lamé. Los hermanos Marasá se sincretizan en los santos Cosme y Damián.

16- División Piué: El Jefe es Lambá. No se sincretiza.

17- División Difemayó: El Jefe es Gamó. No se sincretiza.

18- División Petifoné: El Jefe es Sigó. No se sincretiza.

19- División Locamí: El Jefe es León Nicomé. No se sincretiza.

20- División Sombí: El Jefe es Pier Tiyán. No se sincretiza.

21- División Nagó: El Jefe es Olisá Bayí. Se sincretiza en San Enrique.


http://israelvalenzuela.com/2011/01/11/apuntes-sobre-el-origen-y-practica-del-vudu-dominicano/


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