viernes, 23 de diciembre de 2011

LA LEYENDA DE RUBIROSA

La historia de Porfirio Rubirosa Ariza es altamente conocida, de él dijo Truman Capote en su novela inconclusa Answered Prayers, que el principal atributo de Rubirosa era una "macana café con leche de once pulgadas, tan grueso como una muñeca de hombre". Su constante estado de erección le ganó el apodo de "siempre listo". Cuando le preguntaron que comparara el miembro de Rubirosa con los zapatos número 11 usados por el escritor, reconoció que los zapatos eran más pequeños.


Rubirosa nació en el seno de una familia respetada de clase media en San Francisco de Macorís (República Dominicana) en el año 1909. Sus padres fueron Pedro Rubirosa, militar y asesor diplomático, y María Ariza. Siendo muy joven acompañó a sus padres a París, donde residió por varios años.

Es en las reuniones con jóvenes de la alta sociedad parisina donde Rubirosa pule su polifacética personalidad refinada y bohemia. Aprende el arte de la conquista femenina en fiestas, cuando junto a estos jóvenes competía por jovencitas galas, y en Calais se hace un avezado jugador de Polo. Entabla además una amistad sólida con el príncipe Ali Khan.

De vuelta a Santo Domingo, debido a la vejez de su padre, sus ingresos menguan, y para hacerse de algún dinero intenta la carrera del boxeo, pero pronto la abandona. Gracias a su aguda personalidad congenia con el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo en un partido de polo, a tal punto que es incorporado al círculo social que rodeaba al mandatario.

Es allí que conoce a Flor de Oro, la hija mayor de Trujillo, quien le ayudó a conseguir algunos cargos menores en la carrera burocrática dominicana: subsecretario de Estado de la Presidencia y de Relaciones exteriores y diputado del Congreso Nacional. Finalmente se casa en 1932 con Flor de Oro y Trujillo le nombra diplomático en París.


Después fue destinado a Alemania. Allí congenió con los principales personajes de la rancia Jet Set europea y es también allí donde se inicia el rumor de que Rubirosa le era infiel a Flor de Oro. Trujillo lo separa de la cartera diplomática y su matrimonio termina en 1937. A pesar de su divorcio con Flor de Oro, sus relaciones personales con Rafael Trujillo no se alteraron mayormente. Poco después fue nombrado embajador dominicano en Argentina.

En ese cargo, Rubirosa se presenta en la Casa Rosada y entrega una donación y una rosa a la primera dama, Eva Perón. Algunas fuentes citan a Eva Perón como una de sus conquistas; aunque fuentes más autorizadas indican que fue una de las pocas mujeres que se le escabulleron.

A pesar de no contar con una buena apariencia, Rubirosa inició una vida legendaria de playboy gracias a su estilo caballeresco y su don de gente. Poseedor de un cinismo y sex appeal únicos, de gran persistencia, dotado con el don de la palabra y grata conversación, conquistó y desposó a mujeres bellas y ricas: Danielle Darrieux, Doris Duke y Barbara Hutton, consideradas entre las mujeres más ricas y afamadas de la época. Su fortuna se amasó principalmente en los arreglos de divorcios que obtuvo cada vez que su relación marital terminaba.

Sostuvo también relaciones extramaritales con Jayne Mansfield, Zsa Zsa Gabor, Veronica Lake, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Dolores del Río, Kim Novak, Rita Hayworth y Soraya Esfandiary (ex princesa de Irán), entre otras. Se cuenta que trataba con cortesía «a todas las mujeres, jóvenes o viejas», por lo que mantenía la amistad de sus antiguas conquistas. Sus afanes de conquista eran tales que Zsa Zsa Gabor afirmó: “Por alcanzar a la mujer que desea, es capaz de romper paredes con las manos”.


El hecho de que fuera estéril no afectó a Rubirosa. Al contrario, esto hizo que las mujeres saltaran a su cama. Evidentemente, también dominaba los puntos delicados de la técnica de la seducción sexual.

Rubirosa era bajito, con 5 pies 9 pulgadas de estatura, y delgado. Aunque no poseía la belleza de un ídolo de matinée, "exudaba una sensación de romance y aventura", y era latino. Una testigo recuerda que "hasta en una casa elegante (como la de Zsa Zsa Gabor) todavía prefería comer nada más que un gran plato de arroz y frijoles".

A este playboy caribeño se le atribuye la célebre frase: "Para conquistar mujeres ricas no hay que ser rico, solo aparentarlo..."

Su último matrimonio fue a los 47 años en 1956 con una actriz francesa de 19 años de edad llamada Odile Rodin.

Rubirosa fue además, a costa de sus mujeres, piloto de Fórmula 1 para Ferrari, buscador de tesoros en el mar Caribe, piloto de bombardero B-25, y además un avezado jugador profesional de polo; incursionó incluso como boxeador si bien sólo para subsistir y pronto desistió.

Como político, incursionó con audacia como lo hacía en el amor; fue embajador en La Habana al momento del triunfo de la Revolución Cubana. Luego de la muerte de su protector Rafael Trujillo se le destituyó de su cargo de inspector de embajadas, en 1962, terminando así una extravagante carrera diplomática. Descarado, dijo: "no me sobra tiempo para trabajar", tras ser despedido de su alto cargo.

Murió el 5 de julio de 1965 en un controvertido accidente automovilístico en París en que un testigo informó que el auto deportivo Ferrari descapotable de Rubirosa transitaba a gran velocidad por la avenida y repentinamente dobló y embistió de lleno contra un árbol, algunos dicen que fue un accidente; Algunos apuntan a la embriaguez, otros a un posible suicidio, otros llegan incluso a afirmar que fue provocado por la CIA, ya que Rubi se veía con una de las Kennedy. Lo único cierto es que el playboy perdió el control de su vehículo en el parisino Bois de Bologne, a primera hora de la mañana.


Los despojos mortales de Porfirio Rubirosa reposan en el Cementerio de Marnes la Coquette, a 12 kilómetros de París. La tumba es sencilla, no a la altura de la figura que representó como el más grande Playboy del siglo XX sino como la de cualquier ciudadano de cuarta categoría.

En alguna oportunidad dijo Rubirosa "La mayoría de los hombres ambicionan ahorrar dinero, la mía es gastarlo".

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