lunes, 10 de octubre de 2011

LA MÚSICA DE PALOS, LA RAÍZ AFRICANA DE REPÚBLICA DOMINICANA

El acervo cultural y musical dominicano, nos cuenta Carlos Miranda Levy, va mucho más allá del popular merengue, el boom de la bachata, la simpatía de la salsa, el beat repetitivo del reggaetón y el dem bow y los ritmos tradicionales de mangulina y carabiné.

En los campos y en las ciudades dominicanas existe una valiosa tradición musical de raíces africanas, tradicionalmente renegada y relegada por las altas clases sociales y las autoridades, lo cual provoca su impopularidad y escaso conocimiento por buena parte del pueblo dominicano, en particular por las clases medias y altas.

Esto se debe, en parte, a una agresiva postura y constante injerencia de la Iglesia Católica, que ve estas manifestaciones como una afrenta a sus creencias, y por otro lado por racismo y xenofobia y el estigma que estas músicas tienen vinculación con la parte africana, negroide y haitiana de la cultura dominicana.

Estas músicas y las ceremonias asociadas con ellas vienen pasándose de generación en generación desde tiempos de la esclavitud en la isla, existiendo grupos aislados y reducidos que practican las ceremonias en escogidos rincones del país. Muchas de estas tradiciones y cantos son practicadas o conocidas en detalle apenas por un puñado de personas, que pasan su conocimiento a sus sucesores.

Ritmos nacionales de obvia impronta africana son la sarandunga, los congos, la jaiba, el chenche matriculado y la salve, este último es la más típica de los géneros tradicionales dominicanos, presenta dos estilos: uno claramente español, amétrico y antifonal, y otro polirrítmico, fuertemente hibridado entre lo español y lo africano. Entre los instrumentos de origen africano cabe citar los palos, el balsié, la gallumba, etc.

Entre estas expresiones está la llamada música de palos, del cual hablaremos a continuación, de los otros hablaremos en futuras entregas…

Música de Palos


Palo es música afrodominicana que utiliza tambores largos (palos), idiófonos y canto. Con raíces en la región Congo de África central, esta música comparte el panteón de deidades de otras tradiciones afroamericanas como Cuba, Brasil y Haití, por ejemplo.

Según notables folkloristas dominicanos, la expresión africana que más sobresale en la cultura dominicana se expresa en la música de Palos o Atabales, también llamada Bambula o Quiyombo. Esta tradición musical, más notable en el área de Villa Mella, usa en sus ritos religiosos y celebraciones seculares instrumentos mayormente de percusión.

Los palos son clasificados como membranófonos tubulares y cilíndricos son de un solo parche o cuero, y se tocan en juegos de dos o tres y a veces de uno solo; pero cuando sólo hay uno se percute además la madera con dos palitos que se llaman "palos catá". Estos tambores se diferencian en varios tipos según la construcción de la atadura de su parche (clavado, atado, etc.). Además se construyen de diferentes tamaños utilizando maderas blandas o fáciles de ahuecar, aunque en algunas ocasiones se usan troncos ya huecos por pájaros carpinteros o por termitas. Esta familia de instrumentos de percusión son muy semejantes a la tambora brasileña usada en ceremonias de macumba y a la tumbadora de Cuba.

Aunque el baile se le conoce con estos nombres, a los instrumentos en que se tocan se les denominan de varias maneras; entre estas: canuto, cañuto, quijongo, quijombo, cañón, bamboulá y otros más.

Siempre encontraremos polirritmia y polimetría en las canciones que se acompañan con estos instrumentos, aunque corresponden a diferentes ceremonias, en su gran mayoría serán de tipo responsorial, una voz cantante que declara o enuncia y un coro que responde. Se tocan en las fiestas patronales, velorios, bancos y cabos de año, celebración especial dedicada a un difunto al cumplir año de muerte.

Los palos o atabales, además de su manifestación festiva, están muy asociados a los rituales de invocación de misterios, en los cuales se produce el trance o estado de posesión.

En las ceremonias mágico religiosas del sur de República Dominicana, los cantos y ritmos de salve y de los tambores palos juegan un rol capital. Los músicos tocan para invocar y alabar a los dioses católicos, especialmente San Francisco de Asís, la Virgen de La Altagracia o a la Virgen de las Mercedes, los más oscuros hacen sus rituales a papa Liborio, el mesías criollo que lucho contra los invasores Yanquis a comienzos del siglo pasado. En las invocaciones se presenta una interacción entre la música, el baile y la expresión corporal, elemento crucial en el trance hacia la posesión por la divinidad.







2 comentarios:

  1. Deseo usar sus fotos en otro website. Favor autorizarme en josebello@hotmail.com

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  2. Hola, Claro estas autorizado con los respectivos créditos... Un abrazo.Sergio

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